Esta propuesta de movimiento se caracteriza por ser un abordaje integral de la persona, ya que apunta a trabajar no solo a nivel físico (como la gimnasia tradicional) sino también a nivel emocional, mental y espiritual.
Tomando como base la Gimnasia de Centros de Energía durante las clases realizamos un trabajo de movilidad articular y muscular, recorriendo los «chakras» o centros de energía, a través de un trabajo correctivo-expresivo. Esto nos permite ir aflojando rigideces y tensiones crónicas, lo cual mejora el estado corporal general, el estado de ánimo y la energía disponible para movernos en lo cotidiano.
Cómo son las clases
En cada clase, de una hora y media de duración, se aborda un centro de energía específico, a veces dos conjuntamente, proponiendo sacar el movimiento desde la zona del cuerpo que le corresponde a ese chakra, como una forma de conectar con su energía característica.
La música es un disparador esencial para profundizar el movimiento desde la particular energía de cada uno de los siete Centros de Energía principales. Así en las clases, movidos por la música, vamos ampliando nuestras posibilidades de movimiento, primero a partir de la imitación del instructor, entrando en contacto con nosotros mismos desde un lugar distinto al cual estamos acostumbrados, para conectarnos luego con el movimiento creativo, la expresión, el contacto con el otro, el placer de movimiento, ampliando la capacidad respiratoria. Ya en el piso, vamos haciendo preparaciones para las asanas y cobra especial importancia el desarrollo de la tonicidad, la fuerza muscular, que sostiene y contiene, necesaria para sentirse en armonía con uno mismo.